La mishna nos habla de
4 comienzos de año. Esta
idea de nuevos inicios se
pueden ver claramente en
varios temas que surgen en
la parashá de esta semana:
Un poco antes de la entrada
a la tierra de Israel -lo que
constituye un acontecimiento
inicial fundamental en la historia del pueblo-, se
recuerda la obligación de llevar las primicias, la
ofrenda de los primeros frutos de la tierra, la ofrenda
del excelente inicio de la producción de la tierra.
El día del cruce del Jordán, el pueblo recibe órdenes
de "iniciar" su camino como pueblo: "...Este día eres
pueblo para Adonai tu Dios" (Deuteronomio 27:6); "El
día este, Adonai tu Dios, te ordena cumplir los fueros
estos y las leyes..." (Deuteronomio 26:16).
Rashi cita el Midrash Tanjuma en su intento de
explicar el significado de las palabras "este día". ¿Por
qué "este" y también "día"? Porque el ser humano
tiene que sentir y cumplir la orden de los preceptos
cada día de la misma manera que los recibió en un
principio, antes de entrar a la tierra de Israel: "Cada
día serán (los preceptos) como nuevos a tus ojos".
La emoción y la tensión del inicio se encuentran no
sólo en el momento de cruzar el río Jordán, -el día
del gran acontecimiento, el día de la ofrenda de las
primicias, el día del recibimiento de los preceptos-,
sino cada día. Se espera de cada persona que
aprenda de Dios que, así como Él renueva cada día su
obra de Creación, también nosotros renovemos algo,
justamente dentro de nuestro quehacer rutinario.
Sin embargo, la realidad es diferente. Todos sabemos
que lo que se siente en el Primer Grado no es lo
mismo que en el último año del colegio secundario;
el primer año del matrimonio no es lo mismo que
el año número quince, y, asimismo, la emoción que
se siente las primeras veces en que se cumple un
precepto es mayor que la que se siente después de
muchos años de costumbre, y, en general..."no hay
nada nuevo bajo el sol" (kohelet).
El autor de "Sfat Emet" (Ki Tavó, 731) trae, en
nombre de su padre, la profundidad de la idea de la
renovación. A pesar de la rutina y de la costumbre
que ésta trae "el ser humano tiene el poder de
renovar cada cosa". ¿De dónde llega ese poder,
esa fuerza? Hay un "punto de inicio", un punto del
cual extraemos la fuerza para renovar; ese punto
está oculto y encubierto por nuestra acción en este
mundo, en el día a día, en la Naturaleza y hasta lo que
hay dentro de nosotros mismos. Nuestra obligación
es encontrar aquel punto, iluminarlo dentro de la
oscuridad y "este día" es el día en el cual logramos
descubrir aquella luz oculta. Ver asi lo nuevo que hay
dentro de la rutina.
Según el "Sfat Emet", la realización de los preceptos
es una herramienta para encontrar aquella luz oculta
derivada de aquel punto de inicio.
Por lo tanto, hay que dedicar desde el principio del
año nuestros pensamientos e intenciones a las
relaciones entre nosotros y quienes nos rodean: la
familia, los amigos, la Naturaleza, nuestra relación
con Dios.
Pero no es suficiente dedicarle sólo pensamientos
porque "toda cosa en su inicio necesita cuidado",
sino que hay que cuidarse y cuidar los inicios del
año, porque ellos influirán en los otros inicios durante
el año. |