Queridos amigos, debo iniciar el presente comentario, aclarando enfáticamente, que el Papa Francisco, es un personaje extraordinario y nunca antes, los judíos habíamos tenido a un pontífice tan cercano como éste, pero, así mismo, debemos reconocer que el Vaticano, con su tremendo aparatage burocrático, va más allá del Papa, debiendo realizarse cada cosa, luego de vencer grandes obstáculos, motivo por el cual, espero quede claro que en ningún momento, lo que expresaré hoy, va en detrimento de Francisco I.
Hace muchos años, irrumpió en Medio Oriente, una el terror, a cargo de islamistas radicales, los cuales aun no logran acostumbrarnos a su actuar, dada la creciente crueldad demostrada.
Todo se inició cuando terroristas palestinos, pertenecientes a Al Fatah, brazo armado de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) inició sus continuos ataques terroristas, en contra de civiles israelíes. Por tratarse de judíos los asesinados, al mundo no le importó. Era problema de ellos.
Pasó el tiempo y Al Fatah, con Arafat a la cabeza, fue evolucionando, hasta llegar a acostumbrarnos que tanto Arafat como los otros dirigentes de la ANP, tuvieran un doble estándar y un doble actuar.
En árabe, proclamaban la destrucción de Israel y la muerte de los judíos, mientras en inglés, se presentaban como los amantes irrestrictos de la paz, el amor y, lo peor aun, se proclamaban las víctimas de los ataques más atroces, culpando a Israel, de hacer con ellos, justamente lo que ellos pretendían hacer con los israelíes.
A la muerte de Arafat, lo sucede Abbas, el cual se presenta con una cara más pacífica y conciliadora, no porque lo fuera, sino que porque Israel ya ha tomado las precauciones y medidas necesarias, como para protegerse eficazmente.
Dentro de las paradojas a las que nos tiene acostumbrado tanto las Naciones Unidas, como sus distintos organismos dependientes, se dedican a condenar a Israel, por el grave delito de defenderse, mientras compadecen al victimario, ahora Hamás, ya que sólo ataca a judíos y eso, al mundo no le preocupa mayormente.
Ante tal actitud, van surgiendo nuevos y cada vez más violentos grupos islamistas radicales, los cuales siembran el terror en donde quiera que logren llegar.
Ahora la cosa cambia. Al tocar los intereses y las vidas de occidentales, se les debe combatir y, bajo la denominación de legítima defensa, pueden llegar a lo acontecido en Irak y Afganistán.
Luego vemos la “Primavera Árabe” bañada en torrentes de sangre, en que chiitas matan a sunitas, éstos asesinan a chiitas y, de paso, también son asesinados cristianos, por ambos.
Estando tan ocupados de vigilar a Israel, aparentemente, nadie se percata de los cristianos que van siendo víctimas de estas rencillas de las cuales, son totalmente ajenos, hasta que, finalmente, surgen dos grupos cuya crueldad, creíamos desaparecida luego de la derrota del régimen nazi, que como se ensañaba con judíos, a los demás no les interesaba.
Boko Haram en Nigeria y el EI en Irak y Siria, inician su actuar en una verdadera competencia por ver quien supera al otro, en todo lo que sea muerte y destrucción con la más refinada crueldad imaginable.
Hamás, encontrándose al borde del colapso económico y político, reactiva sus ataques a Israel, hasta obligarlo a intervenir, a objeto de proteger la vida de sus civiles y la seguridad territorial.
Nuevamente, el mundo respalda al aparentemente único movimiento terrorista bueno, Hamás, condenando al único estado al cual pretenden negarle su derecho a defenderse, Israel. Termina este enfrentamiento, lo que permite que nuevamente el mundo se preocupe y vea lo que acontece en la misma zona, pero en la cual Israel no participa.
Me estoy refiriendo al increíble irrumpir del EI en Irak y Siria. Desde los primeros enfrentamientos, los cristianos figuran entre las víctimas más numerosas, mezclados entre los asesinatos de sunitas, chiitas, kurdos y alawitas, en que todos matan a todos. Todos se asocian con todos y nadie entiende nada. Parece que lo único lamentable es que, al no estar involucrado Israel, no hay a quien culpar y, al no estar ellos comprometidos, no es necesario llevar rigurosas estadísticas de muertos, especialmente civiles.
¿Cuántos cientos o miles de cristianos fue necesario que sucumbieran bajo la crueldad de los terroristas del EI, para que el Vaticano reaccionara? Recién el 20 de Octubre, nos encontramos en “La voz de América” que el Papa está preocupado por el genocidio de cristianos a manos de estos asesinos, sin que se mencione su calidad de musulmanes. Lógico, se pueden ofender.
Donde rebasa los límites de la coherencia, es al leer en la misma noticia, que el Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolen, anuncia que esto “Tiene su origen en el flujo de armas y la inestabilidad provocada por el conflicto entre Israel y Palestina”
¿Qué les parece? El Secretario ya descubrió que en resumen, Israel es parte de la culpa de la matanza de cristianos.
Señores del EI, ya pueden continuar asesinando cruelmente a SUS CRISTIANOS. Ustedes no serán los culpables. |